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Si tus clientes tuvieran 3 deseos sobre tu empresa, ¿qué pedirían?

¿Qué tal imaginar a tus clientes encontrando una lámpara mágica? Pero, en vez de los deseos clásicos, el genio solo pudiera conceder tres pedidos relacionados con su experiencia con tu empresa. Parece un juego, incluso divertido, pero pensándolo bien, es una forma súper interesante de entender lo que tus clientes realmente esperan de ti.

Mira el escenario actual: todo cada vez más digital, más conectado, y nosotros, por supuesto, más exigentes. Por eso, solo entregar un buen producto o un servicio que funcione ya no es suficiente. Lo que realmente hace brillar tu marca es la experiencia. Es ella la que conquista, hace que el cliente regrese y todavía te recomiende a sus amigos. Y no lo decimos solo nosotros: un estudio de PwC mostró que el 86% de los consumidores están dispuestos a pagar más por una experiencia memorable. Es decir, ofrecer algo simplemente correcto ya no te lleva muy lejos; ¡la meta es encantar!

Entonces, volviendo a nuestra lámpara mágica: Traigo una reflexión sobre cuáles podrían ser esos tres deseos de acuerdo con lo que estamos viviendo hoy.

1: Ser visto y tratado como alguien único (¡y humano!)

Con tanta automatización por ahí, el primer deseo de los clientes es, irónicamente, súper simple: ¡ser tratado como una persona! Con la avalancha de bots y sistemas automatizados, muchas empresas terminan olvidando lo fundamental: detrás de los datos y algoritmos, hay personas. Personas reales, con sus historias, sentimientos y necesidades únicas.

Y no es solo intuición: la personalización es CRUCIAL – y las investigaciones lo confirman, como el estudio de Salesforce que señala que el 84% de los clientes afirman eso. El cliente quiere que lo conozcas, entiendas su historial y, más importante aún, que anticipes lo que puede necesitar. No basta con usar su nombre o enviar un correo automático. La cuestión es entender el contexto y garantizar que cada interacción parezca genuinamente humana, incluso si hay tecnología en medio.

El gran desafío es este: ¿cómo equilibrar la eficiencia de la tecnología con la empatía humana? La inteligencia artificial no está para sustituir a las personas, sino para ayudarnos a entender y conectarnos mejor con el cliente.

2: ¡Respuestas para ayer! (Disponibilidad total)

El segundo deseo muestra bien el mundo en el que vivimos. Hoy, nadie tiene paciencia para esperar, y cada minuto adicional puede ser suficiente para irritar al cliente… o enviarlo directo a la competencia.

Piénsalo bien: todo llega en segundos – noticias, comida, productos. Esperar se volvió sinónimo de “problema”. Un estudio (como el publicado en el Journal of Innovation & Knowledge) muestra que la mayoría de las personas que se quejan en línea esperan respuesta en, como, ¡UNA HORA! Por correo electrónico, tal vez algunas horas, como mucho, un día. Cada minuto que pasa después de eso es un riesgo real de perder ese cliente (o entregárselo en bandeja a la competencia).

Para manejar tanta prisa, tu empresa necesita tener una jornada realmente omnicanal. El cliente tiene que sentir que está hablando con la misma marca, con la misma historia, sin importar si envió un mensaje por WhatsApp, usó el chat, llamó o publicó en redes sociales. Y la atención tiene que ser ágil, sin parar el reloj.

3: Resolver todo solo, a mi ritmo (¡Autonomía total!)

A nadie le gusta estar colgado al teléfono escuchando música molesta o esperando un correo que parece que nunca llegará – sin duda, me identifico con eso jaja. La verdad es que mucha gente prefiere resolver las cosas por su cuenta, a su propio ritmo. Y esto no es solo una suposición. Un análisis de Harvard Business Review, por ejemplo, mostró que el 81% de los clientes intentan resolver el problema por sí mismos antes de pensar en llamar a alguien. Por eso, tener opciones de autoservicio ya no es un “plus chévere”, se volvió algo básico.

Estamos hablando de chatbots que entienden lo que dices, preguntas frecuentes que realmente responden dudas (y no solo dan vueltas), portales fáciles de usar para rastrear pedidos o ajustar suscripciones, etc. Todo esto pone el control en manos del cliente. Cuando se hace bien, reduce esa fricción molesta, transmite confianza y, al final, deja a la persona más feliz. ¿Sabes por qué? Porque siente: “¡Wow, la empresa confió en mí para resolver esto rapidito, a mi manera, sin complicaciones!”

¿Y cómo hacemos para lograrlo? Los desafíos y qué hacer

Bueno, esos son los deseos. Pero cumplirlos de verdad da algo de trabajo, ¿no? Las empresas necesitan enfrentar algunos desafíos, desde la tecnología hasta la forma de pensar:

Hablamos del futuro, pero invertir en tecnología (IA, machine learning, automatización) ya es el presente. Se volvió lo básico para atender al cliente que cada vez es más exigente. Quien no se moderniza, pierde en agilidad, eficiencia y, al final, pierde el cliente ante la competencia.

Muchos creen que la omnicanalidad es solo tener varios canales de contacto, pero en realidad, la empresa tiene que hablar un solo idioma en todos los canales. ¿Conoces esa sensación de “empecé en el chat y tuve que explicar todo de nuevo por teléfono”? Eso ya no puede pasar. La experiencia del cliente tiene que fluir, sin interrupciones, sin importar dónde comenzó la conversación.

No sirve de nada tener solo la mejor tecnología del mundo. Todo el equipo necesita respirar “cliente primero”. Es un cambio en la mentalidad, en el entrenamiento, en la forma en que todos ven la atención. Se necesita empatía, agilidad y enfoque total en quien está del otro lado.

Usar bots no significa volverse robot. ¡Al contrario! La tecnología tiene que ser inteligente para entender el contexto, captar la emoción del cliente y tratar a cada uno como persona. La automatización existe para amplificar la empatía y la buena relación, no para eliminar el contacto humano.

Para cerrar: ¡Misión posible (y esencial)!

Cumplir estos 3 deseos no es fácil, pero es totalmente posible. Las empresas que se detienen a entender de verdad lo que el cliente quiere y se mueven para ofrecerlo no solo se destacan en el mercado, ¡sino que conquistan un lugar especial… en el corazón de la gente! Ahora, mirando estos deseos, piensa: ¿cómo lo está haciendo tu empresa en esto? Recuerda: cliente feliz se vuelve fan de la marca, y créeme, no hay mejor publicidad en el mundo.

¿Empezamos hoy mismo a transformar esos deseos en realidad? Al fin y al cabo, la magia de fidelizar está en tus manos – no necesitas una lámpara, solo una acción inteligente, bien planeada y, sobre todo, humana.

Wendell Maranhão
Global Business Development Manager

Autor

FAQ

Ser tratados como personas, obtener respuestas rápidas y poder resolver todo de manera autónoma, en su propio tiempo.

Invertir en tecnología, crear una experiencia omnicanal real, humanizar la automatización y construir una cultura centrada en el cliente.

Porque hace que el cliente se sienta único, valorado y genera conexiones más fuertes, aumentando la satisfacción y la fidelización.

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